Una bendición celta referida al trabajo dice: «Que veas en lo que haces, la belleza de tu alma». Los invitamos a ver este video de TED. ¿Para qué trabajamos?
Una bendición celta referida al trabajo dice: «Que veas en lo que haces, la belleza de tu alma». Los invitamos a ver este video de TED. ¿Para qué trabajamos?
Excelente disertación de Rachel Botsman, sobre cómo la confianza en marcas e instituciones ha cambiado en los últimos años: la manera cómo se genera, se construye, se viene abajo, y el impacto social y económico que este cambio ha traído.
Rachel Botsman (n. en Londres, Reino Unido) es considerada la líder del pensamiento global sobre el poder de la colaboración y el intercambio a través de las tecnologías digitales para transformar la forma en que vive, trabaja, financia y consume la gente. Los invito a escucharla, serán unos minutos de su tiempo, bien invertidos.
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Hace tres años tuve que sentarme a pensar en cuál sería mi visión de liderazgo para la siguiente etapa de mi vida. Había llegado a la cuarta década con muchos de mis sueños cumplidos y metas personales logradas. Era momento de establecer un nuevo camino para las próximas dos décadas.
Mi principal objetivo profesional, participar en el mundo corporativo, especialmente en el sector de tecnología, está logrado. Estoy en la faceta de motivar personas y que éstas encuentren aquello que las hace felices y lo que les apasiona. Para mí la pasión, el compromiso y la integridad son valores fundamentales en la vida. Al resolver eso, lo demás cae por su propio peso, en todos los ámbitos: personal, profesional, social.
Así, considero que mi deseo de influenciar gente, que mi voz sea escuchada y valorada en el ámbito del marketing y de los negocios, ha sido concretado. Ser líder de mercadeo para una región multicultural y diversa es un reto interesante en el que estoy a punto de cumplir cuatro años. En ese tiempo he aprendido mucho y tenido la oportunidad de interactuar con gente profesional que a lo mejor no lo sabe, pero me ha enseñado bastante. Y si bien los viajes siempre me gustaron, los he dosificado, de tal forma que no me alejen de mi familia por periodos muy prolongados.
Es por ello que a pesar de mis responsabilidades corporativas, nunca estuve ausente en la crianza de mi hija, la cual comparto con mi esposo como un verdadero equipo. Una vez al año, desde el 2013, la llevo a uno de mis viajes de trabajo. Esto fue un cambio transcendental en cómo ella veía mis retos diarios. Desde el inicio, a partir de esas experiencias siempre estuvo orgullosa y feliz de ver lo que su mami era y hacía.
En lo personal también me siento satisfecha, mi socio de vida es estupendo y nos complementamos muy bien. Ya en mis 40s sé claramente dónde y con quién quiero compartir mi tiempo y el rol que quiero tener en la sociedad: promover la inclusión de la mujer en el mundo laboral en igualdad de condiciones y a dar soporte a todas aquellas mujeres que deben enfrentar la sociedad machista que les cuestiona cumplir sus sueños profesionales a costa de sacrificar la estabilidad familiar. Cisco, empresa en la que trabajo, me ha dado la oportunidad de empezar con este tópico y estoy activamente orientando mujeres en este tema.
Ahora, ya establecidos mis objetivos para los próximos años, navego por el camino que me he trazado con apertura de mente, resilencia, paciencia y optimismo.
¿Por qué lo comparto?
Dedicar horas a pensar que se quiere de la vida, no es un ejercicio sencillo, pero personalmente creo que es necesario. Nos ayuda a tener una guía, una luz en nuestro camino. Posiblemente no suceda tal cual esperamos, o en el tiempo que esperamos, pero para eso uno debe ser flexible y superar los retos que la vida nos presenta.
Me inquieta mucho cuando converso con personas que están empezando su vida como adultos o que están trabajando ya hace unos buenos años y aún no tienen sueños, objetivos o idea de lo que quieren hacer en el mediano y largo plazo.
Desde mi perspectiva creo que los sueños son importantes: nos motivan y ayudan a tener objetivos. Eso le digo siempre a mis alumnos y a la gente que capacito y entreno en diversos temas.
Por eso los invito a regalarse unas horas y explorar en su interior y poder trazar esos objetivos, pasos, iniciativas a tomar, que nos acerquen a lo que soñamos para nosotros.
Como dice el personaje “Agrado” de Pedro Almódovar en su película Todo sobre Mi Madre: “Uno es más auténtica cuanto más se parece a lo que soñó para sí misma”.
Archivado bajo General, inteligencia emocional, Liderazgo
Navegando hace un par de días me encontré con esta viñeta. Inicialmente me causó mucha gracia, pero luego, reflexionando sobre el servicio al cliente que solemos recibir en el día a día, no puedo dejar de compartirla y comentarla.
La realidad es que cuando los colaboradores sufren esta transformación a lo Dr Jekyll & Mr Hyde, muchas falencias de servicio salen a la luz. La primera de ellas es la falta de preparación de los empleados, seguida de la ausencia de procesos que permitan gestionar el reclamo en tiempo y forma. En ocasiones los empleados, desmotivados porque ya saben que no existe un mecanismo para resolver el punto del cliente, reflejan su frustración en la interacción con el cliente. Sumado a un manejo deficiente de la inteligencia emocional, el cóctel del fracaso está servido.
Gestionar reclamos de nuestros clientes es un arte y una ciencia. Requiere del mejor recurso humano que puede haber en la organización: preparado, capacitado y con experiencia. Necesita de un proceso claramente establecido, comunicado y probado. Y finalmente, de una cultura organizacional enfocada en el aprendizaje continuo y dónde la retroalimentación inter áreas fluya para hacer realidad la mejora continua.
Por: Romina Paredes
En los últimos meses he tenido la oportunidad de conversar con ejecutivos de diversas empresas sobre cómo mejorar el servicio y tocamos el tema de la importancia de la Inteligencia Emocional en la interacción diaria con clientes.
El manejo de las emociones para sobrellevar situaciones como un reclamo, una expectativa no satisfecha o información que no se tiene a la mano, juega un rol preponderante para que ese ‘Momento de la verdad’ deje una sensación positiva tanto en el cliente como en el colaborador.
Las emociones: ¿llegaron para quedarse?
Las emociones se contagian, sean emociones positivas (alegría, confianza, afecto) o negativas (ira, rabia, frustración) y pueden llevarnos a actuar de manera impulsiva e irracional. Ambas cosas suceden en segundos.
Por esto la importancia de que las personas aprendamos a reconocer lo que sentimos, cómo nuestro cuerpo las manifiesta y finalmente cómo las controlamos o canalizamos para que no permanezcan en nosotros y nos lleven a tomar acciones de las que luego nos arrepintamos.
Cuando en una organización tenemos gran cantidad de colaboradores en contacto con clientes, este tema debe ser regulado desde el proceso de contratación de acuerdo al perfil del público que vamos a tratar por el área de Recursos Humanos.
Otro punto es; cuanto más joven sean nuestros colaboradores, más atención debemos concentrar en este tema. Pues como es natural, la inteligencia emocional suele desarrollarse con la preparación, estudios, pero sobretodo con experiencia de vida. Entonces, si queremos que los ejecutivos jóvenes tengan un buen nivel de Inteligencia Emocional debemos acelerar el proceso con entrenamiento, capacitación y mucho soporte de sus líderes.
Reflexione, una persona con buen manejo de sus emociones puede controlar una situación con un cliente agresivo sin dejarse llevar por la ira o frustración que éste irradia. La serenidad teatralizada de una manera adecuada ante una queja, puede modular la conducta del cliente para que nos deje explicarle el proceso que debe seguir su reclamo.
¿Qué está haciendo usted en su organización para asegurarse que las emociones de su equipo están a favor del crecimiento del negocio?